Si bien hay muchos factores a considerar en un proyecto de diseño de interiores para lograr con precisión los resultados deseados, el tipo de luz LED utilizada es uno de los factores que, en última instancia, tiene el mayor impacto en la sensación de una habitación. Entre los tipos de luz LED se pueden distinguir tres tonalidades, el uso de cada una de las cuales depende del ambiente que queramos crear.
Para utilizarlos correctamente, en este blog encontraréis algunas recomendaciones para poder conseguir qué es lo que estamos buscando conseguir.
3 tipos de luz LED
Existen tres tonos diferentes de luz, y cada uno lo utilizaremos para un fin o preferencia concreta.
Luz fría (más de 4000K)
Se trata de un tipo de luz LED con una temperatura de color por encima de los 4.000 grados Kelvin. Es una luz con tonos azulados, estimulante y perfecta para zonas donde se requiera una mayor concentración. Precisamente por eso, algunos de los lugares en los que comúnmente podemos encontrar este tipo de luz LED son los laboratorios, hospitales, en el sector retail y en zonas con mucho tránsito de gente.
Sin embargo, no es un tipo de luz que se utilice en viviendas, restauración, oficinas y hoteles, ya que estos lugares requieren más bien un tipo de luz que invite a sentarse y pasar un buen rato de forma tranquila y agradable, y la luz fría no fomenta precisamente eso.
Luz neutra (entre 2700 y 4000K)
La luz neutra es suave, con una temperatura de unos 4.000 grados Kelvin y un tono que no es ni cálido ni frío. Esta luz también favorece la concentración, por lo que suele encontrarse en oficinas y salas de estudio, así como en estancias como la cocina o el baño, donde la iluminación debería ser mayor por la mañana.
Por este motivo, este tipo de luces LED también se utilizan mucho en el comercio minorista, lo que no sólo puede crear una imagen atractiva de la tienda, sino también estimular el consumo.
La luz neutra es estupenda para acentuar los colores y estimular a las personas (en lugar de favorecer la relajación y el descanso). Lo mismo ocurre en otros negocios, como las tiendas de comestibles, donde la iluminación es necesaria no sólo para garantizar la visibilidad, sino también para exhibir los productos de una manera maravillosa y al mismo tiempo alentar a los clientes a comprar.
Sin embargo, además de las recomendaciones sobre el tipo de luz LED a utilizar, esta cuestión también depende mucho del gusto de cada persona. La gente a veces prefiere luces LED más neutras, incluso en lugares como los hogares.
Luz cálida (con 2700K o menos)
La luz cálida, con una temperatura inferior a 3000 grados Kelvin, es una luz LED imprescindible para crear un ambiente relajante. Esta luz proporciona suficiente brillo para ver con claridad, pero de una manera que puede transformar cualquier habitación en un lugar ideal para el descanso y la relajación, como salas de estar, dormitorios, comedores, zonas de mesa de comedor y hoteles.
Existe una gran diferencia entre utilizar unos u otros tipos de iluminación LED, lo que puede explicar por qué algunos lugares resultan poco amigables o incómodos, como los hospitales, y otros lugares donde queremos pasar tiempo y relajarnos, como el salón. En este caso, la luz cálida aporta al espacio una sensación acogedora, por lo que la temperatura y la intensidad de la luz pueden cambiar por completo la sensación del espacio.
No importa qué tipo de luces LED quieras, en LeonLeds podemos asesorarte sobre la mejor forma de utilizarlas para crear espacios que transmitan exactamente las sensaciones para las que está diseñado cada lugar y que estás buscando para tu espacio.