La iluminación adecuada en un despacho o escritorio es esencial y necesaria si trabajamos en un despacho u oficina. No sólo tiene un impacto directo en la productividad y el bienestar visual. Sino que también puede influir en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud a largo plazo.
Si alguna vez has sentido fatiga ocular después de un día de trabajo, o te has dado cuenta de que las sombras en tu escritorio dificultan la lectura, es posible que necesites replantear cómo iluminas tu espacio de trabajo. Y utilizar algunos de los consejos que te contamos a continuación. Esta guía te ayudará a conseguir la iluminación perfecta para tu despacho.
1. Considera la iluminación natural
El sol es la fuente de luz más potente y saludable que tenemos. Si es posible, sitúa tu escritorio cerca de una ventana. La luz natural reduce la fatiga ocular y mejora el estado de ánimo y la concentración. En el caso de no disponer de ninguna ventana en la zona del escritorio, lo más conveniente sería utilizar luminarias con un tono de luz parecido al de la luz del sol.
2. Iluminación general
Antes de pensar en la iluminación específica del escritorio, asegúrate de que la habitación esté bien iluminada. Cualquier tipo de iluminación LED con un tono de luz cálido o neutro sería ideal para zonas tan específicas como un despacho o escritorio para estudiar. Asegúrate de tener una iluminación general adecuada. Las lámparas de techo o las luces empotradas pueden proporcionar una iluminación uniforme en toda la habitación.
3. Evita los reflejos
Los reflejos en cualquier superficie de trabajo pueden causar fatiga ocular. Asegúrate de que las fuentes de luz, ya sean naturales o artificiales, no produzcan reflejos para evitar la fatiga visual a la hora de trabajar.
4. Iluminación específica o puntual
Una buena lámpara de escritorio es esencial. Preferiblemente, elige una con cabeza y brazo ajustables para dirigir la luz exactamente donde la necesitas, esto te ayudará a la hora de trabajar en cualquier momento del día. Las lámparas con tecnología LED ofrecen una iluminación eficiente y consistente sin emitir demasiado calor, además de permitirnos ahorra en la factura de la luz.
5. Temperatura del color.
La temperatura del color se mide en grados Kelvin (K). Una bombilla de 4000K a 4500K proporciona una luz blanca cálida a neutra muy similar a la luz que nos ofrece el sol, ideal para espacios de trabajo. Evita las luces demasiado amarillas o azules, este tipo de luz te dará mayor fatiga visual cuando estamos tanto tiempo delante de un ordenador o escritorio.
6. Reguladores de intensidad o lámparas inteligentes
Las lámparas con regulador de intensidad, nos permitirán ajustar la cantidad de luz según la hora del día o la tarea que estemos realizando. Así como, pudiendo ajustar tanto la cantidad de luz según la hora del día o la tarea que estemos realizando o el color de la luz.
Las luces inteligentes te permiten ajustar la intensidad y la temperatura del color desde tu smartphone o mediante asistentes de voz. Son una excelente opción para adaptar la iluminación a diferentes momentos del día o tareas específicas.
7. Lámparas o paneles anti-fatiga
Estas lámparas pueden proporcionar una iluminación adecuada en espacios de trabajo, ayudando a reducir la fatiga visual y mejorar la concentración y productividad. Estos tipos de iluminación son especialmente beneficiosos para espacios como despachos, donde las personas pasan largas horas frente a pantallas de computadoras o realizando tareas detalladas. Estas lámparas ofrecen una iluminación uniforme sin parpadeos y con una excelente reproducción cromática.
La iluminación en un despacho o escritorio es crucial para trabajar cómodamente y mantener la salud visual. Es esencial equilibrar la luz natural con la artificial, elegir la temperatura de color adecuada y asegurarse de que la iluminación sea ajustable según las necesidades.
Con una buena iluminación, no solo mejorarás tu eficiencia y comodidad, sino que también protegerás tu vista y mejorarás tu bienestar general en el espacio de trabajo.